Investigadores británicos han puesto en marcha un proyecto para intentar comprender el vínculo que pueda existir entre los megalitos que conforman el monumento prehistórico de Stonehenge y los movimientos de la luna, informa el diario The Guardian.
Para este propósito, arqueólogos y astrónomos aprovecharán un fenómeno astronómico que ocurre cada 18,6 años conocido como lunasticio mayor, relacionado con el ciclo de la regresión de los nodos de la órbita lunar, que tendrá lugar en enero de 2025. En ese momento, la salida y la puesta del astro alcanzarán sus puntos más alejados en el horizonte.
Clive Ruggles, profesor emérito de arqueoastronomía de la Universidad de Leicester, señala que, si bien hay pocas dudas sobre la alienación de Stonehenge con el Sol, aún «no está tan claro» si existe «alguna conexión física entre el monumento y la luna». No obstante, cree que no sería sorprendente que los antiguos se hubieran fijado en la luna. «La gente ha sido consciente del ciclo de las fases de la luna desde hace decenas de miles de años», añade.
Algunos expertos consideran que quienes crearon los megalitos eran conscientes de este ‘solsticio lunar’ y pudieron haber enterrado a sus muertos en sitios en particular relacionados con este evento. Muchas de sus cremaciones se concentraron en el sureste del monumento, alineándose, a grandes rasgos, con la posición más meridional de la luna creciente, explica la organización sin ánimo de lucro English Heritage.
También se ha hipotetizado sobre el hecho de que las cuatro piedras de las estaciones —que marcan los vértices de un rectángulo perfecto en cuyo centro se encuentra el monumento— pudieron haber sido ubicadas de esa manera para marcar el lunasticio mayor. «Las piedras de las estaciones se alinean con las posiciones extremas de la luna, y los investigadores han debatido durante años si esto fue deliberado, y, en caso afirmativo, cómo se logró y cuál podría haber sido su propósito», subraya Ruggles.
Este arqueoastrónomo explica que lo que les interesa explorar es si los humanos de aquel entonces se dieron cuenta de que la luna salía o se ponía inusualmente al norte o al sur, y pensaran que era algo especial y «llegaran a venerar y finalmente a monumentalizar las direcciones en cuestión». «Esta oportunidad nos permite profundizar en los antiguos misterios del monumento y su relación con los fenómenos celestes», añadió al respecto, Jennifer Wexler, historiadora de Stonehenge para English Heritage.
Este organismo, que gestiona cientos de monumentos y lugares históricos situados en Reino Unido, tiene previsto retransmitir en directo la salida de la luna más meridional y organizar una serie de eventos a lo largo de la temporada del lunasticio. Aproximadamente un año después de esta gran parada, la luna puede salir o ponerse inusualmente al norte o al sur, lo que ofrece una buena oportunidad para realizar estudios. Durante este tiempo, se realizarán charlas, sesiones de observación de estrellas, entre otros.